Cómo el nuevo ChatGPT provocará cambios radicales en el mundo que conocemos

Escrito por Manuel Herranz | 17/02/23

El flujo de artículos, revisiones, usos, anécdotas, algunos miedos y desazón ante el cambio, ante aplicaciones tecnológicas que parecen humanas parece dominar tanto conversaciones entre amigos como conversaciones tecnológicas.

Me he resistido intentado a publicar “una revisión más” de ChatGPT. Quería probar algunas de sus funcionalidades, pero sobre todo quería escuchar a personas no familiarizadas con conceptos como el procesamiento del lenguaje natural, grandes modelos de lenguaje o incluso de traducción automática. También quería escuchar a expertos y dejar que el ruido se calmase un poco. Sé que este artículo se tachará de provocador, y no escondo mi intención, sobre todo porque quiero hacer reflexionar.

 

  1. ChatGPT no es Inteligencia Artificial, es un gran modelo de lenguaje.

    La Inteligencia Artificial (sobre todo ese “sueño” que ha sido hasta hace poco la Inteligencia Artificial General) es la ciencia que emplea ordenadores y máquinas para imitar las capacidades de razonamiento que usamos los humanos intuitivamente para la resolución de problemas y para la toma de decisiones.

    ChatGPT es un gran modelo de lenguaje.

    Es decir, un modelo que ha sido alimentado con ingentes cantidades de información textual de muchos idiomas y que sabe predecir muy bien. En concreto, se ha entrenado con muchísima información: 175 mil millones de parámetros y en diversos idiomas. Ha sido entrenado también para realizar típicas disciplinas que forman parte del Procesamiento del Lenguaje Natural como la sumarización, por ejemplo, o sistemas de preguntas-respuestas (chatbots que todos conocemos) o sistemas de traducción automática.

  2. No estamos preparados para lo que viene.

    Si los resultados de ChatGPT nos parecen prácticamente humanos en su calidad predictiva, en sus sumarizaciones, resultados, en la información que nos proporciona (frecuentemente de Wikipedia y fuentes relacionadas), todo ello nos parecerá un simple juguete cuando OpenAI lance la versión 4, entrenada con los 100 trillones (americanos) de parámetros que será 500 veces más potente en febrero / marzo de 2024. De hecho, ChatGPT ha recibido un nombre y no un número por primera vez (es la versión 3.5) ya que es una versión intermedia entre el potente GPT-3 y la versión GPT-4 de 2024. Dentro de la rama del Procesamiento del Lenguaje, lo clasificaríamos como un excelente generador de texto, excelente chatbot, excelente traductor, excelente sumarizador, y muchas cosas más.

    Sinceramente, no creo que todavía estemos preparados para lo que viene. Sam Altman, CEO de OpenAI considera ChatGPT un juguete y un paso intermedio que pronto olvidaremos. De hecho, es posible que su código se libere como se liberó el GPT-2 que ha sido la base de diversos proyectos tecnológicos como Maria que nuestros colegas del Centro Nacional de Computación en Barcelona crearon con 135 mil millones de palabras del archivo web de la Biblioteca Nacional, entre otras fuentes.

  3. La forma en la que presenta la información “va más allá de la búsqueda”

    Como veremos más adelante, y como aclara el propio CEO de OpenAI, el objetivo de la empresa no es competir en el mercado de las búsquedas (“¿Qué ha cambiado en tecnología en los últimos 10 años? ¿Buscar?”). Buscamos y procesamos la información como lo hacíamos en 2012, o en 2007. La forma en la que ChatGPT presenta la información destroza el modelo actual basado en resultados y publicidad. Ha lanzado olas de escalofríos por las espinas dorsales de algunos gigantes tecnológicos “incumbentes” en posición defensiva. Pero su objetivo y misión es otro, es alcanzar la Inteligencia Artificial General.

¿Qué cambia con ChatGPT?

Principalmente, ChatGPT y las tecnologías de Procesamiento del Lenguaje van a transformar cómo accedemos y cómo gestionamos la información. Esta herramienta nos permite ir muchísimo más rápido, a una velocidad de crucero, comparado con nuestra relación diaria con los buscadores de información, que están basados en una petición (típicamente de unas palabras clave) y una lista de resultados de la cual elegimos lo que creemos que es más relevante o nos gusta más.

ChatGPT no da resultados. No se puede manipular estar en primera página por velocidades de carga de la página web, por cantidad de links, por autoridad de dominio. El usuario no tiene que “digerir” en su tiempo varios resultados para llegar a una conclusión. No tiene que llegar a segunda página y tomar nota de los 3 o 4 artículos o libros que ha de leer para tener una opinión formada sobre un tema. De todas las innovaciones que presenta este “juguete”, la más revolucionaria es esta: la enorme capacidad de sumarización del conocimiento. Esto es un verdadero torpedo en la línea de flotación a los modelos de negocio de empresas que han basado sus ingresos en las búsquedas de los usuarios, tendencias, etc, pero aportando simplemente listas de resultados y no “información ya digerida sobre la que tomar una decisión”.

Esto transforma la realidad porque cambia el modo en el que busco y gestiono mi información diariamente, que es la base de las economías modernas. Cada uno de nosotros realiza decenas o más de búsquedas diarias. ChatGPT ofrece un valor añadido al buscar y resumir la información de varias fuentes, y por lo tanto se convierte en una nueva herramienta que nos permite mejorar nuestra productividad, por lo nos gusta. Lo mejor de todo: la calidad de lo que nos parece ahora alucinantemente bueno, será viejo en 1 año con GPT-4.

La industria de las búsquedas de información tiembla porque esta herramienta permite gestionar la información de una forma muchísimo más productiva. Por ejemplo, podemos pedirle que recoja la teoría económica de 3 autores del siglo XIX, que compare esas teorías económicas y nos haga una síntesis… y hace todo ello en un minuto o dos. Esa ha sido una de mis pruebas y los resultados no fueron 100% perfectos, pero me ahorró semanas de lectura y redacción. El resultado de esa comparativa y resumen fue bastante decente y sobre ese resultado podría haber redactado un buen artículo, aportando mi opinión para añadir valor con mi experiencia humana. También me di cuenta durante ese ejercicio de que entre sus varios defectos está no saber qué es verdadero o falso (insisto, no es Inteligencia Artificial General, es un gran modelo de lenguaje con enormes capacidades predictivas).

La reflexión que hemos de hacer no es si nuestros trabajos peligran, sino adónde nos lleva esta tecnología. Nos lleva a nuevo mundo, a una nueva realidad. Cuando la gente empieza a reflexionar sobre ello, aparecen los miedos, aparecen las oportunidades, aparece el bombo y platillo, hay quien se sube al carro de la “inteligencia artificial”, opina quien nunca ha opinado…. ChatGPT se ha convertido en un fenómeno social. Y este tipo de fenómenos son los que traen cambios cataclísmicos y, en ocasiones, revolucionarios. Por eso se suceden webinarios sobre GPT-3 diariamente y por eso deberíamos empezar a recomendar a nuestros hijos que hagan lo que hagan en el futuro, empiecen a preguntarse “¿cómo podría hacer mi trabajo mejor con la ayuda de la Inteligencia Artificial?”.

Buscadores como you.com ya lo han integrado en sus búsquedas (que resultan más amigables, aunque imperfectas con ciertas geografías). Microsoft ha visto la herida en su más directo competidor y, fuera de plan financiero, ha puesto 10.000 millones de dólares sobre la mesa para formar parte del consorcio de OpenAI.

Trabajos que pueden verse afectados por ChatGPT

Definitivamente todos los trabajos de poco o bajo valor añadido serán los primeros en ser afectados. Por ejemplo, los de redacción de poco valor, sobre todo aquellos que basan su información sobre si un hecho hace “arder” las redes sociales. Los revisores de artículos pueden desaparecer como los revisores de traducciones humanas han ido desapareciendo con el tiempo (la traducción automática ya es de una calidad casi humana en muchas ocasiones).

En mi opinión, cualquier trabajo que dependa de la recolección sistemática de información, o de consultas: los tediosos trabajos que realizan muchos becarios en bufetes de abogados consultando jurisprudencia, leyes y referencia a artículos de leyes que llevan a otras leyes o a reglamentos.

Chatbots “malos” o de poca calidad que simplemente atienden peticiones a la espera de un humano.

A) Justicia. Un gran modelo de lenguaje evita errores humanos, es mucho más potente que cualquier equipo y por supuesto, no es influenciable. Quiero ser provocador aquí, y posiblemente dé miedo planteárselo, pero LLM puede hacer un mejor trabajo que algunos jueces.

¿Por qué? Porque viviremos en un mundo de 2 velocidades, uno en el que conocemos las posibilidades tecnológicas que nos ayuden a mejorar o, al menos, a hacer las cosas mejor, vivir en un mundo mejor, y enfrente tendremos la frustrante realidad o realidades que asumimos como normales y no lo son. Y esta situación de “injusticia” suele ser la causa de revoluciones. Existen intereses que no desearán replantearse la situación ni que evolucione ni cambie. Pero estamos en el principio de todo, sinceramente no estamos ni ante la sala de una Inteligencia Artificial General, pero podemos darnos cuenta de las potencialidades de estos sistemas, incluso faltos de filtros e “inteligencia”. Lo que sinceramente sorprende es la velocidad a la que todo está sucediendo y que nadie había previsto.

B) Creación de contenidos. Al igual que Photoshop o Illustrator han abierto y aumentado las capacidades de los artistas, los creadores de contenido co-crearán, no tendrán que hacer el trabajo desde 0.

C) Creación de Videojuegos. Grandes partes de los videojuegos presentan una comunalidad replicable en código. No tendrá sentido desarrollar el primer 50%, 60% o 70% del juego e, igual que sucederá con la creación de contenidos, nuestros desarrolladores podrán acelerar y mejorar los procesos.

D) Educación y aprendizaje. Aquí tenemos un verdadero problema. Hoy descubrí que, en un movimiento visionario, la dirección del colegio de mi hija ha prohibido el uso de ChatGPT. Ya sabemos a qué suelen conducir ciertas prohibiciones, sobre todo cuando se trata de conocimiento y de tecnología. Mi trabajo como padre es alentar a mi hija a que utilice todas las herramientas posibles al alcance de la mano para procesar cuanta más información mejor. Ya hay quien ha aventurado que en los próximos 5-10 años la mitad de las universidades norteamericanas pueden ir a la quiebra pues no solo está en juego el “aprender” sino el “corregir” los exámenes.

Si nos centramos en la relación entre los estudiantes y esta nueva tecnología nos daremos cuenta de que no es como cabría esperar (algo sorprendente ya que durante los últimos meses nos han contado por todos los medios lo bien que se llevan). Tal y como se recoge en las Estadísticas e-Learning 2023 de Studocu, el 66% de los alumnos afirma no haber utilizado antes una herramienta de este tipo. De los que sí utilizaron una herramienta de este tipo, el 95% indicó que esta herramienta era ChatGPT y el 36,9% de los que utilizaron ChatGPT dijeron que la utilizaron para obtener explicaciones sobre un tema que no entendían del todo. Menos del 20% parece haberla utilizado para hacer trampas.

Antes de la revolución industrial, era un porcentaje muy pequeño de la población el que recibía educación (en casa o en las escuelas). Desde entonces, hemos creado un sistema que convierte a los estudiantes en buenos empleados capaces de procesar información, no en creadores.

En el siglo XXI y posteriores no vamos a necesitar actuar como memorizadores de hechos o eslabones de una cadena productiva. Necesitaremos nuestra parte creativa para avanzar con las capacidades que la IA nos aumente. El ser humano, por naturaleza, no es un ser procesador sino un ser creador. De hecho, la mayor insatisfacción laboral se da en trabajos de procesamiento, no en trabajos en los que ejercemos nuestra creatividad y nuestra cognición. He oído últimamente declaraciones del tipo “se han acabado los deberes” y esto no tiene porqué ser malo en sí, siempre que la adquisición de conocimiento vaya dirigida a nuestra mejora. En realidad, también puede reducirse en gran medida la corrección de deberes y de exámenes.

 

No es tan importante el dato histórico, sino la gestión de esa información, de la corriente de opinión, filosofía o teoría y lo que hacemos con ello. Los conocimientos que recibimos están destinados para ser obreros del sistema, no para ejercer nuestra libertad.

E) Industria de la enseñanza de idiomas y traducción. Parcialmente relacionado con lo anterior. Es importante aprender idiomas y traducir contenidos, pero los sistemas y la gestión añaden costes que multiplican los costes de traducción automática de calidad que muchas veces es perfecta para el uso que se le requiere.